Presentación

El documento que comenzamos a publicar en este número monográfico de LA FORJA contiene los fundamentos de la táctica política del PCR, que denominamos coloquialmente Nueva Orientación y que fue aprobada por su 6ª Conferencia, en diciembre de 2003. Debido a su extensión, en esta primera entrega ofrecemos la parte sustancial y de mayor interés político inmediato, la que plantea las directrices de índole más práctico del Informe del Comité Central presentado ante esa Conferencia. En sucesivas ocasiones, daremos a conocer la segunda parte de este Informe y la parte declarativa de la Resolución de Formación. Todo este conjunto conforma la línea general, teórica y práctica, de nuestro partido, línea que indica la dirección fundamental que es preciso tomar para resolver los problemas que están en el orden del día de la Revolución Proletaria.

Tanto el Informe como la Resolución, fueron aprobados por unanimidad por la 6ª Conferencia. Sin embargo, el grupo de renegados y liquidadores desertores de nuestro partido dicen ahora que no debieron haber dado su conformidad a documentos que entraban en “honduras filosóficas” para las que (ellos) no estaban preparados. El lector podrá comprobar, aquí y por sí mismo, que esta queja no es más que una nueva falacia, porque lo que publicamos hoy y tiene entre sus manos no sólo es la parte más amplia del Informe (más de dos terceras partes del mismo) y la que centró la principal atención y el más extenso debate de nuestra organización, sino que, además y sobre todo, es de contenido estrictamente político, es un esfuerzo por redefinir los lineamientos tácticos de nuestro Plan de Reconstitución del Partido Comunista desde la valoración de nuestra trayectoria como organización política a lo largo de una década. Además, y como verificará en sucesivas entregas, el lector podrá constatar asimismo que sólo desde lo político y en función de necesidades y cuestiones de naturaleza política, estrechamente relacionadas con aspectos prácticos de nuestra línea, es cuando se proyectan esas cuestiones hacia planos teóricos más elevados. Para exponerlo muy resumidamente, en un primer momento, la Nueva Orientación comienza a perfilarse como reacción frente a determinadas propuestas de corte practicista –ofrecidas por el actual jefe del grupo escisionista– ante una situación de crisis organizativa; después, termina configurándose como alternativa marxista-leninista ante todo economicismo político y ante la interpretación espontaneísta del origen de la conciencia de clase proletaria, tendencia viva y recurrente en el seno del movimiento comunista que ha hecho escuela y que se reprodujo en nuestro partido. Frente a la visión espontaneísta de la construcción de la conciencia revolucionaria (según la cual la conciencia comunista es reflejo directo de las luchas inmediatas de las masas obreras), la Nueva Orientación defiende la tesis de la ciencia –incluyendo en ella al Socialismo científico– como verdadera fuente de las ideas correctas y como base y principio de la concepción del mundo del proletariado. Pero la Nueva Orientación no se detiene aquí. Muy al contrario, aborda, a continuación, la crítica de todo proyecto social fundado en la ciencia como sustitutivo de la lucha de clase del proletariado, y, por otra parte, repasa genérica pero críticamente las desviaciones positivistas características del marxismo del Primer Ciclo Revolucionario debidas a la exageración del papel de la ciencia en el proceso de conocimiento y transformación del mundo. Se trata, por tanto, de una prospección de la relación del Socialismo científico con la ciencia en general o, si se quiere, de la crítica de los límites de la ciencia en la construcción de la conciencia proletaria.

Pero estos desarrollos teóricos, como decimos, no forman parte del cuerpo central, eminentemente político, de la Nueva Orientación, sino que son derivaciones suyas que, además, la 6ª Conferencia consideró sólo como directrices generales orientadoras para el debate franco y abierto dentro del marco de la reconstitución ideológica del comunismo –en el que se incluye nuestro partido–, no como tesis teóricas firmes y definitivas. La Nueva Orientación abre y prepara el terreno para la reflexión sobre cuestiones teóricas de fondo, crea las condiciones políticas e indica la dirección para la resolución de los temas de gran calado ideológico, pero no se sitúa, de principio, en este terreno. No se trata, por lo tanto, de que nuestros facciosos no comprendiesen el meollo del asunto, como ahora pretenden alegar en su defensa, sino de que, sencillamente, estaban en contra y nunca dejaron de profesar la concepción espontaneísta y economicista de la conciencia proletaria en la que fueron educados por el revisionismo. La insinuación –también de naturaleza espontaneísta– de que la vanguardia no puede ir abriendo camino, de que no debe proponer cosas que aún no comprenden del todo las masas, no es más que una excusa torpe –por su carácter retrógrado apenas disimulado– para oponer una rabiosa resistencia a toda opción marxista-leninista que persiga dar respuesta a la actual crisis del comunismo.

La Nueva Orientación fue editada en sus actuales dos partes de manera separada en la primavera de 2004, dentro de la colección Textos del Partido Comunista Revolucionario (Nº 2 y 3) y con las debidas correcciones y modificaciones, pertinentes en todo documento interno que se decide compartir con el público. Sin embargo, esta edición fue muy limitada, tanto por la tirada como por su destino (en un primer momento, organizaciones extranjeras y el entorno más próximo al partido), a la espera de una publicación íntegra y ampliada en LA FORJA. Pero las vicisitudes de la lucha de dos líneas han desbaratado finalmente esta posibilidad, lo cual, unido al hecho de que la Nueva Orientación se haya convertido en el centro de toda una polémica, estando aún ausente como está de los dominios del conocimiento público, hace urgente su publicación inmediata –aunque sea, una vez más, por entregas–, para que pueda jugar su papel como necesario referente del debate y para que, junto con éste, comience a ser difundida y conocida como propuesta política en el conjunto de la vanguardia.